Buscar este blog

Translate

miércoles, 29 de marzo de 2017

Saturno: el espacio, la historia y el tiempo.


¡Bienvenidos a bordo!
¡Hoy será un día diferente: navegaremos por el espacio!  

Ayer estaba consultando  las fechas en el calendario, cuando me fijé en que  es la onomástica de Saturno en nuestras coordenadas. Escribir en un blog de alcance mundial me obliga a reseñar que las costumbres de que hablo son propias, pues en otros lugares desde donde veis este blog  seguramente tenéis otras costumbres y se vive de otra manera. Y viceversa. Demasiado  acostumbrados estamos a medir y a valorar las cosas desde nuestro pequeño lugar en el mundo. Por este motivo y como  de santos no se mucho, prefiero que la entrada de hoy nos lleve por  diversos y lejanos mundos  a través del tiempo y del espacio.


La figura de Saturno  desde la época romana se representa como un anciano con larga y espesa barba blanca y una hoz o guadaña. Para nada os recomiendo  las pinturas de Goya, ni de Rubens sobre él, pues más allá del arte de los pintores, son dos escenas horribles a mi parecer, en que Saturno devora a sus propios hijos. ¡Vaya tema  escogieron para pintar!


Saturno en la mitología romana  se le identificó como el  dios que protegía los cultivos y las cosechas y poseía la potestad de gobernar el tiempo.  También los griegos atribuyeron al homólogo del Saturno romano,  -su dios Cronos-, el poder  y el control del tiempo.  Cronos era el hijo menor de Urano. Titán, el heredero de éste, dejó reinar  a su hermano menor bajo una condición:  no podría tener descendencia.  Por lo cual Saturno, -alias Cronos-, devoraba a sus hijos. Porque de lo que no se privó, fue de engendrarlos. ¡Vaya pieza y encima quedaba impune, por su deidad!  Así pues, los asesinatos y las intrigas familiares -por muy dioses que fueran-, estaban asegurados como ya os imaginaréis.  Ni os cuento la de rituales escabrosos y violentos que derivaron desde la antigüedad como ofrenda a ellos.  Cualquier excusa mitológica o divina era buena para matar  o sacrificar a alguien, en nombre de quien fuera.  ¡Y en eso no hemos avanzado  nada de nada…!

En fin,  a ver si encuentro más paz en el silencio del espacio y comparto con vosotros algunas pesquisas que he hecho en estos días pasados que yo desconocía: Saturno es un planeta gaseoso, que luce un color de la gama de los amarillos y  es uno de los más brillantes que podemos apreciar si hacemos una observación nocturna. 

Se vé a simple vista  en el cielo como un punto muy brillante en las noches en que  está raso  y no ilumina la luna, -amén de que nos hallemos en una zona donde la contaminación lumínica de las ciudades y  las poblaciones nos velen su observación-.  Para los neófitos en estos temas -como lo soy yo-, no hay que confundirlo con Venus, que es mucho más brillante y lo vemos a una altura muy baja en relación con nuestro horizonte en el hemisferio norte,  pues en el hemisferio sur se ven otras estrellas. Y en cada uno de ellos, además,  se ven a alturas celestes diferentes, según la latitud a la que estemos, claro. 

¡Todo es relativo en astronomía…!


Aquí podemos observar la hipotética relación de tamaño entre los planetas de nuestro sistema solar.

El primer hombre que observó los anillos de Saturno con un rudimentario telescopio, fue Galileo en el año 1.610

Saturno posee muchos anillos  gaseosos y numerosos satélites. Aunque posee un núcleo sólido, está compuesto en su mayor parte por Hidrógeno y un pequeño porcentaje de Helio.

Se producen frecuentes tormentas de viento en su atmósfera que pueden durar varios meses y su temperatura mínima ronda cerca de los -200ºC. Tarda en hacer su movimiento de traslación alrededor del sol, algo más de 29 meses, y sin embargo, su rotación diaria sobre su eje -lo que sería para nosotros un día-, solo tarda poco mas de 10 horas.

¡Madre mía!, podría ser el planeta de los ancianos por definición, si el tiempo se midiera como en nuestro planeta, que no es el caso. ¡Qué rápido envejeceríamos en Saturno! ¿No?  Aún así, me muero de ganas de poder observarlo con detalle a través de un telescopio.  
Para los que queráis adentraros en este mundo tan fascinante, os dejo aquí un enlace web en el que podéis curiosear algunos temas relativos a la las estrellas y los planetas y donde podréis ver las constelaciones y su movimiento:  stellarium.org/es







En la imagen  de arriba vemos a una muchacha emulando con el sextante  la medición de la altura solar en el crepúsculo, donde  presuntamente observa el momento en que  el limbo -que es  el contorno aparente de un astro,  en este caso el sol-, toca la superficie del horizonte aparente del mar. A partir de ahí se hacen múltiples cálculos  con los que determinar  la posición del navío. Lo suyo es hacerlo a la salida del sol, a mediodía y a la puesta del astro rey. Eso es importante:  ¡saber el lugar donde estamos!

Para los que navegáis en barco allende los mares por ocio,  os recomiendo:    rodamedia.com 
donde podréis hallar soluciones, ideas  y un foro para vuestro día a día en la navegación. También encontrareis  en esta web bibliografía  científica sobre navegación astronómica, de la que por cierto tampoco tengo ni idea.

Pero como  no puede faltar  algún  relato, a propósito del tema que he abordado hoy: El último viaje a las estrellas ( fragmento)

(…)

Mientras, ocurría esto en el despacho del director, Saturno encendió la luz y se puso sus viejos lentes y frunciendo el entrecejo, leyó unas anotaciones recientes que tenía en un cuaderno. Al instante comenzó a elucubrar con unos números que calculó en voz baja, cual letanía. Y los escribió con una tiza en la pizarra que tenía apoyada en un caballete.

—Pero… ¡Qué estupidez! —exclamó contrariado, mientras se rascaba su larga barba canosa. ¿Cómo no me he dado cuenta? —dijo en voz alta, tirando la tiza por el suelo.

Y borró los cálculos. Comenzó de nuevo. Y los volvió a borrar. Orientado hacia la ventana estaba su viejo telescopio, sobre unas baldosas desgastadas por el uso de tantos años. Harto de sus numerosos equívocos, desistió de sus cálculos. Apagó la luz de nuevo. Miró por el telescopio y ajustó una ruedecilla. Y como siempre, contrastó lo observado con los garabatos de su libreta, a la que alumbró con una pequeña linterna  que le había regalado Fugas por su cumpleaños. Y volvió a mirar durante largo rato por su entrañable artilugio —al que algunos de los responsables de aquella institución habían tildado de excentricidad—, pero como nunca hizo daño a nadie,  y como que poseía una gran fortuna —que  dijo que donaría al centro, en una audiencia en la que el director le había presionado hasta el acoso—, le fue permitido este privilegio. 

En la pared desconchada, cubierta de inflorescencias verdosas y blancas, había un poster de Marylin,  su estrella terrenal, clavado con chinchetas. También tenía un planisferio y una esfera terrestre que descansaban sobre una estantería roñosa.
Siempre pasaba las noches en vela, con la ventana abierta de par en par —fuera verano como ahora o invierno, pero siempre a oscuras—, mirando fijamente por esa lente que era capaz de transportarle a los cielos, de los que anotaba minuciosamente cualquier variación que observaba. También gustaba de hacer destellos con una potente linterna grande que Fugas le había comprado por encargo suyo hacía ya un par de años, a regañadientes de Don Hiracundo. 

Cada mañana, le contaba al celador que le enviaba un código de señales a un amigo del más allá… El caso es que era un lenguaje que nadie de aquella institución conocía —ni del que nunca se preocuparon por conocer—, salvo Fugas, aunque no disponía de tiempo libre  suficiente para dedicarle.
Las señales de código Morse que Saturno emitía, era una actividad que le toleraban por la antigüedad de su estancia, por su pacífico talante y porque no podía molestar a nadie, ya que el viejo edificio estaba en las afueras de la ciudad; y sin lugar a dudas, porque su cuenta bancaria era apetitosa y no tenía familia ni hijos a quien legarla. A pesar de que disfrutó de algunas licencias y privilegios —lo que nunca pudo conseguir, fue que le permitieran ampliar el ángulo del barrido del telescopio, que siempre topaba con las frías y negras barras de metal de la ventana—…
….(…)






¡Hasta pronto!



miércoles, 22 de marzo de 2017

Primavera en las dunas.

¡Bienvenidos de nuevo!

Bueno, como fondeamos hace unos días en la isla, he venido remando hasta aquí, para el encuentro de los miércoles. He dejado los remos a buen recaudo, -en el esquife que he dejado varado en la  playa-, al pie de una duna y amarrado al tocón de un pino, en previsión de la hora de la bajada  de la marea, para que no se lo lleve. Quiero   aprovechar  para dar un paseo y para estirar las piernas por esta larga playa del sur;  y mi sorpresa ha sido encontrarme  los arenales que lindan con la orilla repletos de florecitas y de  matojos y hierbas que reverdecen.

¡También es primavera en estas latitudes!

Como veis  las  pequeñas dunas que lindan con la playa también se visten con flores.  ¡La fuerza de la vida también llega a la orilla del mar!


Siempre me ha gustado observar y coger la arena entre mis manos. Y también hundir los pies en ella, ya sea cuando quema, calentada por un sol implacable, o cuando  está fría  por la noche y dejo mis huellas a la luz de la luna.  Me  gusta sentarme al atardecer y contemplar esa  dorada franja de inquietas dunas que anuncian la entrega de la tierra a los océanos, donde se albergan historias impensables...

Me gusta ver como las  marismas -a modo de brocado-,  ralentizan  con sus  formas y relieves las  aguas  y las tierras de las zonas salobres  para que se  cobijen la flora y fauna propias, abrazando  la zona de las dunas para contener el límite de las aguas del mar, pues las olas, con gran avidez -al igual que el viento-,  roban día a día la diminuta y extensa arena, socavando el reino de la madre tierra.   

Esos traviesos y diminutos cristales de roca pulverizada,  aprovechan los vientos para  desplazarse y agruparse, formando colinas y vaguadas, que acogen  en su seno  infinidad de semillas,  mariposas, libélulas, setas, insectos y pajaritos, que anidan entre los juncos, esparteras y  lirios.  

Las aves de mayor envergadura se cobijan  entre  romeros, retamas, enebros y en también  entre los pinos colindantes, donde el intenso aroma del bosque caldeado por el sol, acalla la brisa con el murmullo de sus ramas y nos  invita  sestear...

Precisamente fue en  los límites de Doñana -en  las playas  próximas al poblado del Rocío-, que pensé en hacer un relato ambientado allí. Y allí se quedo la idea.  La inspiración brotó años después, con  la súbita muerte de Paco de Lucía. 

A finales de febrero, el profesor de escritura creativa nos había dado deberes: teníamos que hacer un relato sobre algunas fotografías diferentes. Y  a mi me tocó aquella... ¿Azar, destino?  ¿Quien lo sabe? Yo vi en aquella imagen, una mujer joven vestida con un traje flamenco, de corte  elegante y de color sobrio, sin estampado alguno. Estaba mirando de frente  desde la fachada de una casa  encalada,  que estaba elevada de la acera que limitaba con la calle arenosa, cuya puerta estaba cubierta  en parte con una cortina moruna rayada, recogida hacia un lado del dintel.

Aquella imagen evocó el recuerdo de las casas del  famoso poblado del Rocío, en Huelva 
(Andalucía-España) donde habíamos ido  hacía ya tiempo, pues habíamos sido invitados por nuestros primos a la famosa  romería que hacen cada año.  El caso es que la brisa del mar, las largas playas, el poblado en sí y el continuo ir y venir de las gitanas bailando, dando las palmas y taconeando en el tablao al son de las guitarras hasta entrada la noche, suscitó mi interés .  A todas horas estaba rodeada de preciosos caballos que iban y venían con montura o tirando de una calesa o algún carro.  Algunos corrían por la playa, espoleados por sus jinetes, saltando entre las olas, con la crin al viento. Un animal apasionante. Todo ello me caló hondo. Y la muerte del maestro de la guitarra  también. 

La noticia llegó en aquel momento, aquella tarde,  años después, cuando estaba escribiendo el borrador de aquel relato, mientras escuchaba una pieza de Manuel de Falla: El Amor Brujo. Pero en esta ocasión la melodía se desgranaba desde el alma de Paco de Lucía.  Y se fraguaron mis pensamientos.  La  pasión que emana  del Amor Brujo y el duende  de Entre Dos Aguas,  -la pieza que le seguía a continuación, y una de mis preferidas-, dieron lugar en mi mente  a la creación de una breve historia de amor prohibido entre la música y el baile; entre el músico y la bailaora, del  que os ofrezco un fragmento:

........... (... )


Rocío de Falla besó aquella entrañable fotografía, antes de salir al escenario, como tenía por costumbre. Retocó el carmín de sus labios y mirándose al espejo, atusó la rosa que estaba prendida en su moño, como colofón a su atuendo. Cogió las castañuelas que había sobre el tocador —y moviendo con gracia la pierna, aparto la cola del ajustado vestido negro—. Respiró hondo, pasó sus manos por el contorno de su talle, recomponiendo algunos volantes que habían quedado mal puestos. 

Paco, el de Lucía —el maestro—, la esperaba en el escenario tocando su guitarra con su alma y con sus dedos inquietos, el arpegio de unas dulces notas que improvisó, —como tenía por costumbre, para entretener al público, siempre impaciente—. Y se hizo el silencio. 

La tarima rebosaba duende. Bajo la amplia frente, los oscuros ojos del músico toparon con la mirada cómplice de Rocío, que al instante adoptó la emblemática pose.
Dap, dap, dap.
El espíritu de Paco y  también sus sentimientos, fluían cuando cerraba los ojos, haciendo vibrar con sus ágiles dedos aquellas cuerdas, a las que extraía —unas veces con ímpetu, y otras con armonía, pero siempre con encanto—, la brevedad del tiempo, al que robaba el intervalo suficiente para poder disfrutar de la magia de aquellos sonidos. La intensidad que irradiaba su rostro sudoroso y contraído —en esa enajenación que posee todo artista—, hacía fluir con pasión la música que se desgajaba de su alma y de su guitarra, en una generosa ofrenda a la humanidad.

Rocío movía graciosamente los brazos en un efímero abrazo, con harta determinación y vehemencia, contorsionando sus caderas ante un amante invisible. La música se fundía amorosamente con la danza. Con el último taconeo, el moño se deshizo, liberando la melena cautiva -que enmarañándose con el sudor de su cara, fue atrapada al instante entre los labios, entreabiertos por el jadeo—.

Aplausos, aplausos mil. El maestro, —sublime como siempre—, sonrió complacido con  humildad   y con la mirada baja, como era su costumbre. Emocionado y sudoroso, rindió los honores a su guitarra, a la que amaba sin medida. Luego alargó la mano, rindiendo pleitesía a la bailaora.  Tras su sonrisa, un sentir vehemente y apasionado, que ambos compartían desde el alma... (...)



He  escogido este vídeo   -exento de decoración y  de luces en  el escenario y sin tanta tecnología de audio como otros que he visto en las redes-, porque precisamente es en éste donde me parece que  se  percibe mejor la desnudez de la guitarra  y  la sencillez del maestro. Espero que lo disfrutéis.



domingo, 19 de marzo de 2017

Recalada en isla EntreTRENimientos. ENLACES


 ¡Bienvenidos de nuevo!

Hoy  tengo algo extra que compartir con vosotros  y por ello reedito esta  entrada. Fondearemos  en la bahía, frente al  puerto, para  disfrutar de  unos días de ocio.











                                                  Landscape - Vista panorámica   

Ya me imagino tumbada en una hamaca o sentada en un banco, disfrutando del calor del sol y  de la brisa del mar.  Y aunque sea una evocación mental para la mayoría de nosotros,  es grato disfrutar por unos instantes de ello, pues supone un respiro ante el estrés.

¡Distraerse es saludable!

El entretenimiento  y la diversión nos ayudan  a evadirnos  durante un lapso de tiempo de las dificultades del día a día y esto nos proporciona descanso y nos relaja.  Así pues, el protagonista de esta entrada de hoy  es  "el tiempo muerto", ese que empleamos  cuando  viajamos en los medios de transporte cotidianos, o  como pasajeros en el Bus, en aviones, trenes o barcos y en viajes de largas distancias.

Las grandes ciudades y el ritmo de vida  que  nos exigen, frecuentemente nos impone  tediosos trayectos interurbanos cotidianos entre  la casa, el trabajo, los colegios,  el hospital, las consultas médicas, los cursos de formación y incluso  soportar largas colas en la oficina de empleo; un lapso importante  de tiempo en el  que muchas veces entramos en un estado  apático, mientras miramos el suelo del vagón donde vamos, -o  miramos sin ver- , a la multitud de gente apiñada que nos rodea entre el track, track...y los vaivenes del convoy.  O por el contrario, aprovechamos para hacer un agotador repaso mental  de las  mil cosas pendientes del día a día.

Muchas personas  solo leen en el  trayecto que hacen en el metro o en el tren, porque luego no disponen de tiempo.  Por ello decidí confeccionar excepcionalmente  un  libro con relatos dispares;  y digo excepcionalmente porque  suelo escribir novelas, cuyas temáticas son de fantasía,  de  temas  marítimos... y algunos otros,  que ya os contaré mas adelante. 

<Entre-TREN-imientos, relatos para el trayecto> ..., alberga un  amplio  abanico de cuentos  que discurren entre la  media página y las treinta.

Esta obra,

< Te ofrece un viaje por diferentes épocas y un retrato atemporal de la naturaleza humana>.
    (Ana Marín. Editorial Cronos).


He querido publicarlo en todos  formatos:

-PAPEL
-E-BOOK
-AUDIOLIBRO

para responder a las necesidades y preferencias de algunos lectores que abandonaron la lectura por la dificultad que tenían al leer, ya fuera por problemas de visión, por dislexias o por problemas en la movilidad de las manos.  Así pues, con los tres formatos, espero poder complacer a la mayoría de lectores y oyentes.

El contenido de cada cuento no tiene que ver con el resto y abarca diversos temas: desde anécdotas de nuestros adolescentes, -donde he querido hacer un  énfasis tanto en el  vocabulario como en las expresiones verbales y los intereses de  éstos-, hasta otros relatos que se desarrollan en el ámbito rural, con algunas expresiones intrínsecas a las formas de vida  y a utensilios que hoy día están en desuso y que han estado vigentes en un pasado no tan lejano.

Con este libro he pretendido mostrar las diferentes culturas y realidades  ciñéndome a la cultura de nuestro país, de las  que doy una breve pincelada  de sus  formas de expresión, que se corresponden a  algunas regiones que he tenido el privilegio de conocer  y que he querido compartir con el lector,  siempre basándome  en el respeto  y  en la riqueza que ofrece la diversidad y  las circunstancias de la vida cotidiana en algunas ocasiones y otras, las aventuras propias que inspiran los viajes a otros países...

Por otra parte,  las personas nacidas en la segunda mitad del siglo XX  somos  quizás, un eslabón que conecta algunas culturas y maneras de vivir  simples y humildes de antaño que sufrieron el analfabetismo,  ya que muchas de nuestras abuelas…— y lo digo en femenino expresamente— , no sabían leer ni escribir,  aunque muchos de nuestros abuelos tampoco.  He querido  hacer hincapié de ello en algunos relatos.

El arrollador avance de las nuevas tecnologías, — por otra parte apasionantes y que nos facilitan más la vida y la comunicación— ,  nos están  pasando, no obstante, una factura importante  a todos y en especial a los jóvenes.  Desde mi subjetivo punto de vista, creo que contribuyen a  magnificar  unas vivencias virtuales -donde todo es posible y es creíble por definición-, y  que se transmite a una velocidad vertiginosa por las redes; y no siempre es positivo. Estas conductas reiteradas estimulan en el individuo la exigencia de la inmediatez y el apremio compulsivo porque todo sea cuando queremos,  y   desbancan a menudo la paciencia, la reflexión, el pensamiento y el sosiego,  unos valores con peso específico con los que he pretendido impregnar mis escritos, que en algunos casos relatan la velocidad slow, de los tiempos pasados.


Fruto de la ironía y de una pincelada de humor  fue que nació el enrevesado título. He publicado el libro  también en formato AUDIOLIBRO, pues es compatible con las personas que padecen alguna discapacidad grave en su movilidad en brazos o en su desplazamiento; tambien para las personas que están hospitalizadas y necesitan aislarse de los ruidos murmullo hospitalarios, escuchando música o alguna relato que les ayuda a evadirse de su claustro; el audiolibro es muy adecuado para las personas con dislexia, o simplemente a los audiolovers, que disfrutan escuchando.

Como el  blog estará fondeado por unos días,  y por si decidierais   hacer una incursión al puerto de isla EntreTRENimientos,  os dejo amarrada  un esquife   para que podáis  remar  hasta  el muelle.

Una vez allí,  podéis buscar este libro en las redes…. También podéis encontrar algunos comentarios y fotografías en mi pagina de Facebook:  Flora Smith  Barcelona.  Y en Instagram @florasmithbcn

Como decía Jose Luis Borges:

["El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo"]


Os facilito aquí  la portada y el índice de los relatos. 



🚩 ENLACES DIRECTOS  DE COMPRA. A UN CLICK

AUDIOLIBRO






LIBRO EN PAPEL  PORTADA BRILLANTE
📚😎también  podéis  adquirirlo online  en la nueva librería virtual del Aula de Escritores, inaugurada recientemente, en papel 






⏩  💻  📲 e-Book. y papel📚   DISPONIBLE EN AMAZON. - ENLACE DIRECTO



 ÍNDICE


1.  - CRÓNICA DE UNA MUERTE POSTERGADA 
2.  - ¡¡AAATXCHUÚ!!
3.  - PIEL DE OVEJA, DIENTE DE LOBO
4.  - UN DÍA DIFERENTE
5.  - REVOLTILLO
6.   -DOS ERAN DEMASIADO
7.  - UN DÍA CUALQUIERA DE VERANO.
8.  - LA VIUDA DE HICKOT
9.  - UN MEDALLON DE ARMAS TOMAR
10. -EL ÚLTIMO VIAJE A LAS ESTRELLAS
11. - ÁNGEL
12. - ¿SUERTE, O DESGRACIA?...
13. - HECHIZO
14. - LA LUNA ENAMORADA.
15. - PECADOS INCONFESABLES
16. - OBJETO DE DESEO
17. - LA GOTA
18. - CUADRILATERO
19. - AMOR BRUJO Y DUENDE EN LAS MARISMAS
20. - EL TORNAVIAJE
21. - LOS ULTRAMARINOS. VIDRIO, PAPEL Y CESTA.
22. - S.I.G.L.A.S.
23. - COMPROMISO
24. - FASHION
25. - SALVADO POR LOS PELOS
26. - LOS TRIGALES: LA PIEL DE LA MESETA
27. - CHISMES DE BARRIO
28. - A CAL Y CANTO
29. - TIEMPO MODERNO.
30 - LA MASÍA DEL MONTSERRAT






¡Gracias y que lo disfrutéis!

¡Hasta la próxima entrada!

miércoles, 15 de marzo de 2017

Una de piratas...


¡Uy! ¡La pasarela!.... se me había olvidado.   Ya podéis subir a bordo... ¡Bienvenidos!


 Aquí estoy, contemplando el horizonte, sin saber que poner en el blog de hoy. Esto no suele ocurrirme, pero ya sea por el cansancio o por el estrés, la entrada de hoy pudiera haber tenido por título:  cerrado por mente en blanco.

He cogido algunos libros para  hojearlos  para ver si me ofrecían alguna luz  en algún tema que os pudiera contar hoy, cuando  súbitamente he  recordado una frase que me dijo mi profesor  hace unos meses, en un taller de escritura creativa:

<cuando la narración se atasque, sacad una pistola y el resorte dramático aparecerá.>

Y ....¡voilá!, solo pensar en ella ya me he imaginado un arma  de mano antigua. No podía ser de otra manera. Era ...: ¡la pistola de Jack!..(pistola, Jack, Piratas del Caribe..., pura adicción, lo reconozco).
Y por ello se me ha ocurrido ofreceros un breve fragmento de un cuento de los treinta,  que he publicado en  mi volumen de relatos, -completamente dispares en su temática- y  que os daré a conocer en breve.


             


Este  relato se titula  ¡¡Aaatxchuú!!

.............

        A Jane la habían embarcado en esta singladura muy a su pesar -ya que era alérgica  al olor de la brea, que le provocaba repetidos estornudos-, y porque ni conocía, ni quería casarse con Lord Wig, que era un sesentón con malas pulgas, que nunca estaba sobrio. Por otra parte, el HMS Rapé, -donde iba embarcada- era un navío imponente que  en esta ocasión había sobrepasado de largo el tonelaje de su carga por la avaricia de su capitán -pues lo había hecho cargar en exceso con el oro, la plata y las especias que habían robado a un enorme galeón español llamado Hastalastrancas-.

El exitoso abordaje  que el  buque inglés había llevado a cabo, se produjo justo cuando el barco español había zarpado de Puerto Plata, frente a las costas de Tortuga, en La Hispaniola. Allí  recién se había aprovisionado de frutas, y carnes, y habiendo hecho ya la última aguada. Y el galeón Hastalastrancas  había emprendido el tornaviaje  hacia la península, cuando fue abordado.


-¡Ajá! ahora verán lo que es bueno. Nos haremos con los tesoros que han traído de tierras indígenas
-dijo impaciente el contramaestre Andanada a su hijo.

-Lo difícil será mantenerlo a salvo -señor-, con tantos ladrones en mar y en tierra...-dijo el joven.

Armando Andanada sonrió clemente ante el comentario de  Pedro Polvorilla, su vástago. El capitán Dehsastre, impaciente por hacerse con el botín, dio la orden para el primer aviso de abordaje: dos balas a escasos metros del buque acechado, puesto que no quería hundirlo, sino saquearlo....

¡Bum, Bum...!

En el buque inglés, su escuálido contramaestre , llamado Shutup, ordenó a los gavieros y a los marineros  que estaban en cubierta, que  orientaran la jarcia de labor para dar más vela y aumentar la velocidad del navío y lograr así ganar más distancias entre ambos buques. Pero todo fue inútil. Su mirada se dirigió de nuevo hacia la popa y observó que La Atrevida navegaba ya en su estela por la aleta de babor, desventando al navío inglés. La pericia de los piratas y la veloz fragata que tripulaban, les había atrapado...

Bum, bum..., bum, bum...,

Unos certeros disparos por encima de la línea de flotación, dirigidos a la cubierta de artillería, obligaron al barco inglés a responder a la afrenta, abarloándose  con  su contrincante.

El silbido de los disparos efectuados desde las cofas y las batayolas cortaron el aire. Un griterío infernal reinó en la cubierta de ambos navíos. Algunos minutos mas tarde, las tablas de abordaje fueron arriadas y descansaron sobre la batayola del HMS Rapé, cuya distancia era mantenida por los aperos de abordaje. Hizo lo propio el navío contrario, para someter a la tripulación de La Atrevida en el cuerpo a cuerpo.

-Buque al pairo, señor -confirmó  Andanada.

-¡¡Al abordajeee!! -gritó con voz ronca el capitán Dehsastre-, desgañitándose y señalando al buque enemigo con su alfanje, -para conferir mas coraje a sus harapientos piratas-.  Tu, -dijo dirigiéndose a su contramaestre-:  Cuida de que "ella" llegue sana y salva a mi camarote -dijo señalando a Jane, la rubia joven que corría por la cubierta del barco inglés, para esconderse y ponerse a salvo.

-¡A la orden, capitán!- respondió diligentemente Andanada.  ¡Vosotros! -dijo a Tinto y Albariño,  -dos de  sus truhanes borrachines, que  habitualmente se encargaban de La Cocina-. ¡Id a por ella! ¡y la quiero viva!
-A la orden, señor...

Agazapado junto a la amura, Pedro Polvorilla cebaba las armas en silencio, cuando -dirigiéndose a su padre con una mirada angustiada, -pero no por la batalla-,  le estiró de la camisola y le dijo:
-Señor, no le hagan daño a ella...

Andanada miró fijamente  a su hijo por unos instantes. Apretó el hombro del joven con su mano y le guiñó el ojo; y  se alejó rápidamente  frunciendo los labios.  El contramaestre cruzó la pasarela  disparando a bocajarro con sus tres pistolas y luego blandió con pericia su alfanje, hasta que culminó con éxito el abordaje.

El Corsario Sneeze y algunos oficiales sucumbieron al ataque de  La Atrevida y fueron echados al mar.  Algunos supervivientes fueron llevados a los calabozos, hasta que fueran abandonados en Isla Escarmiento.  Otros se enrolaron con los piratas para sobrevivir.  Pero de aquella rubia muchacha no encontraron ni rastro. Polvorilla señaló con tristeza hacia las olas, donde flotaban a son de mar algunas ropas femeninas, por lo que todos supusieron que -pretendiendo huir-, la muchacha se habría ahogado....

..........................

😏¡Quien sabe....!




¡Hasta pronto!

miércoles, 8 de marzo de 2017

El Mar de las Damas.


¡Bienvenidos a esta nueva entrada!


Tras las primeras  expediciones de la travesía atlántica, desde España hacia Las Américas, -entre la latitud de las Canarias  hasta las islas de Barlovento, que delimitan el Mar Caribe-,  en que comprobaron que  la navegación en aquellas latitudes era cómoda, si zarpaban  en la época en que no habían huracanes, (igual que  se hace hoy día).  Ya en aquel entonces, coloquialmente decían que hasta las mujeres podían haber  gobernado los barcos, llamándole desde entonces el Mar de las Damas. 


                         
Esta  navegación sobria, probablemente se debe a  que los vientos alisios  del hemisferio norte soplan por la popa  en esas latitudes y  llevan  cualquier cosa que flote, desde las Canarias hasta las costas de  Las Américas. La lenta cadencia  de las olas del atlántico y  la amplitud entre sus crestas cuando hay  buena mar, sume a los barcos en un balanceo  agradable  al que se suma  la  acción de los vientos alisios,  que llenan sin brusquedad pero constantemente las velas de los barcos… 

Pero más allá del mote, en los  océanos se originan  temibles tempestades y  borrascas  que lo encrespan en un amplio abanico de latitudes, donde  el buen hacer desde hace siglos mostró la solera y el temple de los marinos que navegaron por ellos.  En el devenir de los tiempos, la historia nos ha dado a conocer la biografía de numerosos y grandes hombres de mar. Pero  también hubo  mujeres aventureras,  cuya historia no ha sido divulgada hasta hace poco tiempo. Afortunadamente las mujeres y las redes siempre han compartido espacio en los muelles  y hoy día en los blogs, y gracias a ello podemos conocer sus historias, desconocidas para buena parte del público.

¡Esto merece un brindis con ron!


Pero hoy quisiera destacar, que bien  por causas fortuitas, o por decisión propia, algunas mujeres
-también en los siglos pasados-, se saltaron  los convencionalismos y abandonaron el rol prefijado para ellas. 

Normalmente sus deseos  e inquietudes se hallaban  ya entonces, coartados por las leyes prohibitivas que promulgaban los hombres y la sociedad que ellos mismos regían; pero también  por  la influencia  jerárquica de las  mujeres del entorno social y familiar -que incluso  a veces resultaba más restrictiva-, como sigue ocurriendo en nuestros días con algunas tradiciones culturales, modas y  status, con las que se sigue educando,manipulando y disuadiendo -por activa o por pasiva-, la  identidad y las formas de vida  que podría elegir lícitamente cada mujer por derecho propio.

Desde la antigüedad,  mujeres como Hypatia , Cleopatra, Juana de Arco... y otras que las siguieron tras el devenir del tiempo hasta  llegar a Marie Curie , Anne Hatckins, la primera fotógrafa, Emmeline Pankhurts, sufragista o Lucy  Burns, que  fue encarcelada y torturada también por la defensa del derecho al voto femenino,  demostraron que las mujeres a lo largo de los siglos han estado ahí, -reivindicando día a día el rumbo que querían tomar-, a pesar de las trabas y las censuras; de las prohibiciones y del maltrato y la violencia sufridos.  Y siglos después -aunque hemos avanzado-,  las mujeres aún seguimos en ello. ¡Y seguiremos...!  



Podéis averiguar algunas pinceladas de sus biografías en un interesante blog que encontré en una de mis singladuras por la red:    mujeresenlahistoria.com


Hoy -por ser el día internacional de la mujer-,  quiero centrar la atención en algunas mujeres navegantes y en las que se enrolaron en los barcos,  o los gobernaron en épocas pasadas, pero también contemporáneas, como esta joven de EEUU, de la que encontré este vídeo en youtube, para dar una pincelada.  Aunque lamentablemente -solo la entiendo a grosso modo-, puesto que pertenezco a esa franja de edad en que estudiamos de refilón el  inglés. Esa asignatura pendiente que  todavía  trasciende  varias generaciones en nuestro país y  que  nos dificulta entendernos con medio mundo...

Pero creo que merece la pena percibir lo que desprende el talante de esta mujer de veinticuatro años y también  merece la pena contemplar el precioso barco en el que ostenta su cargo.
Son cinco minutos.  La canción que canta es Spanish Ladies, una canción que entonaron los marinos irlandeses,  tras conocer a algunas mujeres españolas. Creo que existe otra versión inglesa.



Mientras tarareaba  la musiquilla... -que es muy pegadiza-,  me subí en una escalera y busqué y rebusqué en los estantes  altísimos de mi biblioteca... ¡Por fin lo encontré!  Cogí  un libro que recopila lo que pretendía ofreceros, donde se recopila la vida de algunas mujeres aventureras, escrito por David Cordingly y que se titula:

 < Mujeres en el mar: capitanas, corsarias, esposas y rameras.  Editorial Edhasa. >

David Cordingly es un erudito historiador inglés especializado en el tema naval y  en historia de la piratería, que estuvo durante varios años al frente  de las exposiciones del Museo Marítimo de Greenwich (Inglaterra) También  asesoró al equipo de producción  y dirección de  Piratas del Caribe. Podéis verlo en el menú del make in off de < La maldición de la Perla Negra >.

El caso es que  publicó   la historia de estas mujeres  -que  vistieron como hombres y que  cambiaron su nombre para enrolarse en los navíos-,  impelidas por diversos motivos, como   cita en su libro: [Algunas fueron capitanes de cofa, y otras obtuvieron  su graduación de carpintero, o como artillero...]

En aquel entonces había una expresa prohibición de que las mujeres  se hicieran a la mar, por ser mujeres y para evitar conflictos con la tripulación -esto también especialmente  reseñado en el  código de los piratas-, que por supuesto, también infringieron  algunas mujeres, entre ellas Anne Bonny y Mary Read que acompañaron a John Rackam en sus fechorías por las Bahamas (1720), un archiconocido menàge à trois pirateril.

Con el tiempo, se modificó por fin  aquella rígida reglamentación, permitiendo en algunos casos, que ciertos oficiales  pudieran gozar de la compañía de sus esposas en viajes largos. También se extendió a los barcos mercantes y los balleneros. Una  de las historias que destaca  Cordingly  en su libro y que me suscitó más interés, fue la de Mary Patten: 
[una joven de diecinueve años y embarazada-, que sustituyó a su marido, -el capitán del Neptune's Car-, que, víctima de un ataque agudo  y quedó inconsciente. Mary gobernó aquel clíper  en el que navegaban por el Cabo de Hornos, con el apoyo de uno de los oficiales, llevando  a San Francisco a la tripulación, al navío y su cargamento, gracias a que había aprendido con entusiasmo las artes de la navegación que su marido había compartido con ella ya en un viaje anterior]

Cordingly nos da a conocer en su libro, a una escritora oriunda de Nueva Zelanda,  Joan Druett, que documentó en sus obras  las hazañas  verídicas de algunas mujeres de gran coraje: algunas mujeres de capitanes que asumieron el mando, sofocaron motines y arribaron a buen puerto. También destaca las actuaciones de las mujeres de los capitanes de los buques  balleneros y  de las que se dedicaron al salvamento con sus barcas, como  fueron las mujeres de algunos fareros, en  costas especialmente peligrosas,  y que tuvieron un papel relevante]

Joan Druett, además tiene una línea de novelas  de temática  marítima que podéis consultar en su página:   www.joan.druet.gen.nz

También quiero destacar  hoy la proeza de una mujer nacida en  el este, en Polonia. Krystyna Chojnowska  fue la primera mujer en dar la vuelta al mundo (28.000 millas) en un velero de poco mas de 9 metros de eslora; esto fue en 1976. Podéis encontrar más información sobre ella y otras mujeres más, en:    /mujeres navegantes.wordpress.com/libros


Aunque la extensión de la entrada de hoy se alargue, he sucumbido a la tentación de compartir  el vídeo  siguiente:  es el Unicornio, un precioso velero-escuela para jóvenes adolescentes,  que estuvo tripulado exclusivamente por mujeres de mediana edad que decidieron crear una escuela de navegación para las mujeres en 2013.  Actualmente  en esta bonita embarcación ya no se desarrolla esta actividad, porque está en venta, -al igual que la mitad de la flota de veleros clásicos, a los que los mecenas, no suelen prestan atención pues andan distraídos con pinturas y esculturas que están mejor salvaguardadas que estas joyas náuticas, de las que tampoco se suelen ocupar los gobiernos correspondientes-, pero ahí, en esa filmación queda su testimonio. En youtube hay  dos o tres vídeos mas, del tiempo que este barco estuvo en activo, donde podéis ver a las jóvenes adolescentes en su salsa...  



La verdad, es que  he encontrado tantas mujeres emprendedoras e interesantes, que  hubiera estado escribiendo toda la noche...

                   Ojalá  que en el futuro, hombres y mujeres  podamos contemplar el icono con que cierro el escrito de hoy, -a modo de  bandera ondeando al viento-,  pues sugiere paz y cierta  complicidad, esa que sería el colofón al respeto mutuo con que deberíamos  compartir la vida,  el hogar,  el mundo y los océanos..., porque de hecho, estamos  todos en el mismo barco.  Y aunque es una utopía, es lo que me gustaría llegar a ver...   ¡Todo avante!